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frecuentemente a los principios del arco. Los cuartos que visitamos estaban totalmente desprovistos de muebles, circunstancia que pareca probar que la ciudad haba sido abandonada voluntariamente. El motivo principal de decoración eran aquellas esculturas esculpidas en casi todos los muros. Estaban dispuestas, generalmente, en bandas horizontales de casi un metro de ancho, que alternaban con otras bandas de tamao similar y de arabes cos geomtricos. A menudo, sin embargo, en las bandas de arabescos se haban incluido unas cartelas lisas con unos curiosos grupos de puntos. La tcnica, como comprobamos en seguida, era de una rara perfección, y revelaba una civilización desarrollada hasta el ms alto grado, aunque totalmente ajena a la tradición artstica de la raza humana. En delicadeza de ejecución ninguna escultura de las que yo haba visto hasta entonces poda equiparrsele. Los menores detalles de la vida vegetal o animal haban sido reproducidos con una fidelidad prodigiosa, a pesar de la vastedad de la escala, y los dibujos convencionales eran maravillas de compleja delicadeza. En los arabescos se adverta un uso profundo de principios matemticos, y consistan en curvas y ngulos oscuramente simtricos basados en el nmero cinco. Las esculturas, ejecutadas segn una muy curiosa perspectiva, eran de un vigor tal que nos conmovieron profundamente a pesar del abismo de aos que las separaba de nuestra poca. La tcnica se basaba en una singular disposición de la sección transversal con la silueta de dos dimensiones, y revelaba una psicologa analtica desconocida para todos los pueblos de la antigedad. Es intil comparar este arte con cualquiera de los representados en nuestros museos. Los que vean las fotografas le encontrarn una cierta similitud con el de algunos futuristas. Los arabescos consistan en unos surcos grabados cuya profundidad, en las piedras no desgastadas por la erosión, era de unos tres a cinco centmetros. Las cartelas adornadas de grupos de puntos -evidentemente inscripciones en un alfabeto desconocido- formaban unas depresiones de unos cuatro centmetros, y los puntos de dos. El fondo de las esculturas era un bajorrelieve, a unos cinco centmetros de la superficie original de la pared. En algunos casos podan notarse ciertas huellas de color, aunque en la mayor parte el tiempo haba borrado todo pigmento. Cuanto ms se estudiaba la tcnica de esas esculturas, tanto mas se las admiraba. Por encima de las convenciones, muy estrictas, era posible distinguir la habilidad y el minucioso poder de observación del creador, y en verdad las convenciones mismas servan para acentuar la esencia real de cada uno de los objetos representados. Sentimos, tambin, que fuera de esas reconocibles excelencias haba otras que superaban los lmites de nuestra percepción. Ciertos signos, aqu y all, insinuaban unos smbolos y significaciones que para otras mentes y otros sentidos deban tener un profundo y expresivo valor. 31 Librodot En las Montaas Alucinantes H.P.Lovecraft El tema de esas esculturas era sin duda la vida en la poca en que haban sido creadas, y se referan en gran parte a acontecimientos históricos. Esta ltima y peculiar circunstancia nos daba la posibilidad de informarnos acerca de aquella raza antiqusima, y por ese motivo nos dedicamos principalmente a fotografiar y a dibujar. En algunas de las habitaciones haba varios mapas y cartas astronómicas, y otros dibujos cientficos a gran escala; todos corroboraban terriblemente la verdad de lo que habamos credo ver en las estatuas y frisos. Hoy sólo puedo esperar que mis relatos no despierten una curiosidad ms grande que toda precaución. Sera realmente trgico que alguien osara visitar ese reino de muerte y horror impulsado por esta misma advertencia. En los muros esculpidos se abran grandes ventanas y puertas macizas de tres metros y medio de altura; unas y otras conservaban a veces sus paneles y persianas de madera petrificada -esculpida y pulida minuciosamente-. Todas las partes metlicas haban desaparecido, pero las puertas se mantenan en algunos casos en su lugar y tuvimos que hacerlas a un lado. En las ventanas era posible advertir de cuando en cuando la presencia de un curioso material transparente. Haba tambin algunos nichos de gran tamao, generalmente vacos, pero que a veces guardaban unos objetos de esteatita. Los otros orificios formaban parte sin duda de sistemas de iluminación y ventilación acerca de los cuales las esculturas nos haban dado una vaga idea. Los cielos rasos eran comnmente lisos, pero en algunos haba habido unas losas de esteatita verde ahora en el suelo. Los suelos estaban
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