Podobne
 
[ Pobierz całość w formacie PDF ]

se encontró dividida en dos personas; porque el cuerpo y el alma de Cristo existieron por la misma
razón desde el principio en la persona del Verbo; y en la muerte, aunque separados el uno de la otra,
permanecieron cada cual con la misma y única persona del Verbo (S. Juan Damasceno, f. o. 3, 27).
"No dejarás que tu santo vea la corrupción"
627. La muerte de Cristo fue una verdadera muerte en cuanto que puso fin a su existencia humana
terrena. Pero a causa de la unión que su cuerpo conservó con la persona del Hijo, no fue un despojo
mortal como los demás porque "la virtud divina preservó de la corrupción al cuerpo de Cristo" (Tomás
de Aquino, s. th. 3, 51, 3). De Cristo se puede decir a la vez: "Fue arrancado de la tierra de los vivos"
(Is 53, 8); y: "mi carne reposará en la esperanza de que no abandonarás mi alma en el Infierno ni
permitirás que tu santo experimente la corrupción" (Hch 2, 26-27; cf Sal 16, 9-10). La Resurrección de
Jesús "al tercer día" (1 Co 15, 4; Lc 24, 46; cf Mt 12, 40; Jon 2, 1; Os 6, 2) fue la prueba de ello porque
se suponía que la corrupción se manifestaba a partir del cuarto día (cf Jn 11, 39).
"Sepultados con Cristo..."
628. El Bautismo, cuyo signo original y pleno es la inmersión, significa eficazmente la bajada del
cristiano al sepulcro muriendo al pecado con Cristo para una nueva vida: "Fuimos, pues, con él
sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los
muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva" (Rm 6, 4; cf
Col 2, 12; Ef 5, 26).
RESUMEN
629. Jesús gustó la muerte para bien de todos (cf Hb 2, 9). Es verdaderamente el Hijo de Dios hecho
hombre que murió y fue sepultado.
630. Durante el tiempo que Cristo permaneció en el sepulcro su Persona divina continuó asumiendo
tanto su alma como su cuerpo, separados sin embargo entre sí por causa de la muerte. Por eso el
cuerpo muerto de Cristo "no conoció la corrupción" (Hch 13, 37).
Artículo 5.- "JESUCRISTO DESCENDIO A LOS INFIERNOS, AL TERCER DIA RESUCITO
DE ENTRE LOS MUERTOS"
631. "Jesús bajó a las regiones inferiores de la tierra. Este que bajó es el mismo que subió" (Ef 4, 9-
10). El Símbolo de los Apóstoles confiesa en un mismo artículo de fe el descenso de Cristo a los
infiernos y su Resurrección de los muertos al tercer día, porque es en su Pascua donde, desde el fondo
de la muerte, El hace brotar la vida: Christus, Filius tuus, qui, regressus ab inferis, humano generi
serenus illuxit, et vivit et regnat in saecula saeculorum. Amen. (Es Cristo, tu Hijo resucitado, que, al
salir del sepulcro, brilla sereno para el linaje humano, y vive y reina glorioso por los siglos de los
siglos. Amén).
(MR, Vigilia pascual 18: Exultet.)
Párrafo 1: CRISTO DESCENDIO A LOS INFIERNOS
632. Las frecuentes afirmaciones del Nuevo Testamento según las cuales Jesús "resucitó de entre los
muertos" (Hch 3, 15; Rm 8, 11; 1 Co 15, 20) presuponen que, antes de la resurrección, permaneció en
la morada de los muertos (cf Hb 13, 20). Es el primer sentido que dio la predicación apostólica al
descenso de Jesús a los infiernos; Jesús conoció la muerte como todos los hombres y se reunió con
ellos en la morada de los muertos. Pero ha descendido como Salvador proclamando la buena nueva a
los espíritus que estaban allí detenidos (cf 1 P 3, 18-19).
633. La Escritura llama infiernos, sheol o hades (cf Flp 2, 10; Hch 2, 24; Ap l, 18; Ef 4, 9) a la morada
de los muertos donde bajó Cristo después de muerto, porque los que se encontraban allí estaban
privados de la visión de Dios (cf Sal 6, 6; 88, 11-13). Tal era, en efecto, a la espera del Redentor, el
estado de todos los muertos, malos o justos (cf Sal 89, 49; 1 S 28, 19; Ez 32, 17-32), lo que no quiere
decir que su suerte sea idéntica como lo enseña Jesús en la parábola del pobre Lázaro recibido en el
"seno de Abraham" (cf Lc 16, 22-26). "Son precisamente estas almas santas, que esperaban a su
Libertador en el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos"
(Catech. R. 1, 6, 3). Jesús no bajó a los infiernos para liberar allí a los condenados (cf Cc. de Roma del
año 745: DS 587) ni para destruir el infierno de la condenación (cf DS 10011; 1077) sino para liberar a
los justos que le habían precedido (cf Cc. de Toledo IV en el año 625: DS 485; cf también Mt 27, 52-
53).
634. "Hasta a los muertos ha sido anunciada la Buena Nueva..." (1 P 4, 6). El descenso a los infiernos
es el pleno cumplimiento del anuncio evangélico de la salvación. Es la última fase de la misión
mesiánica de Jesús, fase condensada en el tiempo pero inmensamente amplia en su significado real de
extensión de la obra redentora a todos los hombres de todos los tiempos y de todos los lugares porque
todos los que se salvan se hacen partícipes de la Redención.
635. Cristo, por tanto, bajó a la profundidad de la muerte (cf Mt 12, 40; Rm 10, 7; Ef 4, 9) para "que
los muertos oigan la voz del Hijo de Dios y los que la oigan vivan" (Jn 5, 25). Jesús, "el Príncipe de la
vida" (Hch 3, 15) aniquiló "mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo y libertó a
cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud" (Hb 2, 14-15). En adelante,
Cristo resucitado "tiene las llaves de la muerte y del Hades" (Ap l, 18) y "al nombre de Jesús toda
rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en los abismos" (Flp 2, 10).
Un gran silencio reina hoy en la tierra, un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio porque el
Rey duerme. La tierra ha temblado y se ha calmado porque Dios se ha dormido en la carne y ha ido a
despertar a los que dormían desde hacía siglos... Va a buscar a Adán, nuestro primer Padre, la oveja
perdida. Quiere ir a visitar a todos los que se encuentran en las tinieblas y a la sombra de la muerte. Va
para liberar de sus dolores a Adán encadenado y a Eva, cautiva con él, El que es al mismo tiempo su
Dios y su Hijo... "Yo soy tu Dios y por tu causa he sido hecho tu Hijo. Levántate, tú que dormías
porque no te he creado para que permanezcas aquí encadenado en el infierno. Levántate de entre los
muertos, yo soy la vida de los muertos" (Antigua homilía para el Sábado Santo).
RESUMEN
636. En la expresión "Jesús descendió a los infiernos", el símbolo confiesa que Jesús murió realmente,
y que, por su muerte en favor nuestro, ha vencido a la muerte y al diablo "Señor de la muerte" (Hb 2, [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]
  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • karro31.pev.pl
  •  
    Copyright © 2006 MySite. Designed by Web Page Templates
    ue Jesús murió realmente,
    y que, por su muerte en favor nuestro, ha vencido a la muerte y al diablo "Señor de la muerte" (Hb 2, [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]
  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • karro31.pev.pl
  •  
    Copyright © 2006 MySite. Designed by Web Page Templates